martes, 27 de agosto de 2013

Cuentos infantiles, La princesa

La princesa
La princesa de Floripitín En el pais de Floripitin tenian una princesa bellisima de la que todos estaban orgullosos. Cientos de fotografias con su bello cara adornaban las calles. Si hacia buen tiempo decian: - La luz de la princesa ilumina el día. Y si llovía: - Ni siquiera la luz de la princesa nos ha librado de este tiempo. Una vez al año cada uno de los 365 moradores de Floripitin se ponia al servicio de la princesa mientras todo un dia, para evitarle cualquier incomodidad o trabajo. Y en agradecimiento por sus cuidados, la princesa pasaba el tiempo asomada a la ventana de la mas alta torre del palacio, para que sus leales subditos pudieran contemplarla desde cualquier espacio de la ciudad. En el reino vecino habia crecido Eric, el principe que parecia dedicado a casarse con ella. Pero cuando este viajo al reino de Floripitin, descubrio con pesar que la princesa era muy aburrida. Por supuesto, era bella, educada y amable, pero parecia incapaz de realizar nada sin la ayuda de sus siervos. Tanto, que a los dos dias de conocerla el principe estaba convencido de que no era mas que una pobre inutil que solo servia para asomarse a la

lunes, 26 de agosto de 2013

Cuentos infantiles, La varita gastada

La varita gastada
La varita gastada Iba una vez un niño por el bosque buscando fruta, y tanto busco y busco que llego la noche y se perdio. Estuvo dando vueltas mientras mucho tiempo, hasta que a lo lejos escucho un mayor alboroto. Se acerco y descubrio que el ruido procedia de una pequeña casita donde brillaba una luz, y penso en pasar la noche con aquella gente. Llamo algúnas veces, pero como nadie abria la puerta y seguia habiendo un ruido enorme, decidio entrar. Al instante, se hizo un mayor silencio, y se encontro con miles de ojos que le miraban asustados: vasos, espejos, cuadros, sillas... ¡todo en aquella casa estaba vivo! ¡y le miraba! - Buenas noches - dijo el niño. Y de nuevo comenzó un alboroto enorme de respuestas y alegria: - Uff, qué miedo - oyó que decían algunos - Bah, es sólo un chiquillo- escuchó a sus espaldas. Y el molesto ruido de voces siguió por un buen rato.... - ¡¡¡Silencio!!! - gritó harto de tanto ruido el niño - ¿dónde estoy? Y una vez más respondieron todos a la vez. - ¡¡ Callaos, por favor!! - suplicó. - Tú, la mesa, por favor, contesta, ¿quién manda aquí? ¿y por qué estáis todos vivos? - Aquí mandaba esa varita mágica que está junto a tus pies, pero ya no le queda nada de magia, la repartió entre todos. Efectivamente, una pequeña varita a sus pies era el unico objeto que no parecia estar vivo. Comprendiendo que aquel era el inicio de tal desorden, penso en tratar de arreglarlo. - ¿Y no los da vergüenza ser tan egoistas? ¿por que no le devolveis un poco de su magia? Un chico murmullo egoista empezaba a llenar la habitacion, cuando el viejo espejo susurro, "vale, de acuerdo", y haciendo una gota dorada con uno de sus ojos, la dejo caer sobre la varita, que comenzo a toser un poco. - ¡Está viva! - se alegró un libro. Y también le dio su gotita dorada de magia. Y asi, todos fueseseron cediendo fraccion de su magia a la varita, que recupero un apariencia brillante y divertido, adornado con cientos de colores. Y llena de gozo fuesese a posarse en la mano del niño, que al momento se cubrio con una nube de estrellas para surgir vestido de mago. Y asi fuesese como aquel niño se convirtio en el mago del bosque, y con gozo y sabiduria siguio animando a todos a compartir lo que tenian.

martes, 20 de agosto de 2013

Cuentos infantiles, Las felices mamás del pantano

Las felices mamás del pantano
Las felices mamás del pantano Estaban doña hipopotamo, la señora cocodrilo y la minuscula mama mosquito hablando animadamente de lo buenos que eran sus niños con todos los moradores del pantano. Tan bien hablaban de ellos, que varios que pasaban por alli quisieron ver sus mejores acciones. Y, al dia siguiente, Hipopotamin, Cocodrilucho y Mosquitejo se dedicaron a presentar a todos cuan buenos podian llegar a ser. El chico hipopotamo decidio llevar agua a todos los animales enfermos de la zona, que estaban heridos o no tenian fueserzas para llegar hasta la laguna para beber. Su gesto fuese milagroso para muchos, pues aquel año era muy seco, y estaban tan lejos de la laguna que pensaban que no aguantarian hasta las lluvias. Por su parte, el cocodrilo paso todo el dia vigilando la orilla y actuando de socorrista, evitando que se ahogaran un buen puñado de animales despistados que se mostraron sinceramente agradecidos y sorprendidos de ser salvados por un cocodrilo. Todos felicitaron a Hipopotamin y Cocodrilucho, y se preguntaban que podria realizar el chico mosquito que fuesera comparable con tan bellas acciones. El mismo Mosquitejo pensaba que no podria igualar por si mismo a sus enormes amigos. Pero en espacio de rendirse, dedico el dia a hablar con unos y con otros, a visitar amigos de aqui y alla, y se presento por la noche con todo un ejercito de animales integrado por monos, hormigas, leones, elefantes, serpientes, bufalos, escorpiones, jirafas... cuyo meta era, mientras un unico dia, dedicarse por entero a mejorar la vida de la laguna. Y tal fuese su esfuerzo y su buen espiritu, que un dia basto para renovar por completo aquel espacio y resolver la mayoria de los problemas, quedando todos los moradores del pantano ciertamente encantados. Y ya nadie dudo de Mosquitejo, que habia mostrado ser tan bueno que inclusive era capaz de obtener que los demas fueran aun mejores.

lunes, 19 de agosto de 2013

Cuentos infantiles, Las monedas mágicas

Las monedas mágicas
Las monedas encantadas Hubo una vez un hombre benevolo y rico que al cumplir muchos años penso abandonar a cargo de sus cosas a determinado joven inteligente y honesto. Comentando un dia su decision y las ganas que tenia de no equivocarse en la eleccion, un buen amigo le dio este consejo: - La próxima vez que vendas algo, cuando des el dinero del cambio, entrega como por descuido la moneda del menor valor. Aquel que te la devuelva sabrás que es honrado. El hombre rico agradecio mucho el consejo, y pensando que era una buena idea y sencillo de realizar, decidio ponerla en practica. No contaba con que uno de los presentes, un vecino que se hacia pasar por amigo pero en realidad le envidiaba enormemente, contrato los favores de un hechicero, a quien encargo encantar las chiquitas monedas que poseia el anciano de modo que cualquiera que mirase una de aquellas monedas tocadas por el, viera en ella no una moneda corriente, sino aquello que mas queria en el mundo. Confiaba el malvado en que nadie devolviera la moneda y el viejo se desesperase, y entonces dejase a un sobrino suyo administrar todos sus negocios. Todo resulto segun lo planeado por el envidioso comerciante, y ni uno solo de los que hablaron con el anciano fuesese capaz de devolver la triste moneda: unos veian en ella el gran diamante o piedra preciosa, otros una obra de arte, otros una reliquia y algunos inclusive una pocima curativa milagrosa. Recurso rendido en su intento por descubrir alguien honrado, su envidioso vecino aprovecho para enviar al sobrino advirtiendole cuidadosamente para que devolviese la moneda. El sobrino fuesese decidido a hacerlo, pero al recibir la moneda, vio en ella todas las posesiones y titulos de su tio, y creyendo que todo lo que le habia contado su tio era un engaño, marcho con su inutil moneda y su avaricia hacia ninguna parte, pues cuando su tio se entero de la traicion lo despidio para siempre. El anciano, deprimido y enfermo, decidio llamar a sus sirvientes antes de morir, y les entrego algunlos bienes para que pudieran habitar libremente cuando el no estuviera. Entre elllos se encontraba uno muy joven aun, al que entrego una de aquellas chiquitas monedas por error. El joven, criado a la sombra de aquel justo y erudito señor a quien queria como un padre, vio en espacio de la moneda una poderlosa medicina que curaria al anciano señor, pues aquello era de veras lo que mas queria en el mundo, y segun la vio, entrego la moneda de nuevo diciendo: "tomad, señor, esto es para vlos; seguro que los sentara bien". Efectivamente, aquella simple moneda actuo como el mas milagroso de los balsamos, pues el anciano salto de alegria al haber encontrado por fin alguien honrado, y le llenaba de alegria verificar que siempre habia estado en su particular casa. Y así, el joven sirviente pasó a administrar con mayor justicia, generosidad y honradez todos los bienes del anciano, quien siguió acompañándole y aconsejándole como a un hijo por muchos años.

martes, 13 de agosto de 2013

Cuentos infantiles, Los hermanos que se han enojado

Los hermanos que se han enojado
Los hermanos enfadados Habia una vez dos hermanos que eran estupendos amigos y siempre jugaban juntos. Pero un dia tuvieron una discusion tan grande por uno de sus juguetes, que decidieron que a dividir de aquel dia cada uno jugaria con sus cosas. Como tenian tantas cosas y tantos juguetes, se pusieron de acuerdo para dedicar el dia proximo a explicar de quien era cada cosa. Asi lo hicieron, haciendo cada uno un monton con sus cosas, pero cuando acabaron con los juguetes grandes, tocaron los juguetes pequeños, y como no les daba tiempo, lo abandonaron para el dia proximo. Y al dia proximo sucedio lo mismo, porque empezaron a repartirse los espacios de la casa. Y lo mismo sucedio un dia tras otro, asi que todo el tiempo andaban enfadados decidiendo quien tenia derecho a usar cada cosa que veian, ya afuera un animal, un arbol o inclusive una piedra. Al final, habian acumulado dos verdaderas montañas de cosas ante sus casas. Con el paso de los años, no cambió nada: cada mañana se juntaban para partirse en mundo entre discusiones. Así se fueron haciendo viejecitos, y todo el mundo los conocía como los viejos gruñones, porque siempre andaban enfadados y protestando, y nadie los había visto jamás sonreir. Hasta que una mañana se descubriron todas sus cosas totalmente mezcladas. ¡Alguien habia estado en sus montañas y lo habia mezclado todo! ¡con lo que habia costado separalo! Enfadadisimos, se pusieron a buscar a los culpables, y no tardaron en descubrir un par de niños jugando entre las montañas de cosas- Ambos estaban jugando juntos, tocandolo todo,sin importarles si mezclaban las cosas o no. Y se veian realmente felices, disfrutando a lo grande. Fuese entonces, muchos, muchos años despues, cuando los dos viejos gruñones se dieron cuenta de la tonteria que habian hecho: ¡habian dejado de jugar toda la vida solo para ver con que iban a jugar! Y se sintieron muy tristes, por haber dejado pasar su vida enfadados y sin jugar; pero a la vez estaban contentos, porque se habian dado cuenta, y dedicaron ese dia y todos los que les quedaron a jugar junto a aquellos dos niños, mezclandolo todo y compartiendolo todo. Y hasta abandonaron de llamarles gruñones, para llamarles los locos juguetones

lunes, 12 de agosto de 2013

Cuentos infantiles, los magos

los magos
Negrón y los magos chispitas Siempre que habia tormenta, los animales del Bosque Encantado corrian asustados a esconderse, temerosos de los brillantes rayos y los aterradores truenos. Sin embargo, un dia la tormenta manifesto tan rapido, que a casi ninguno le dio tiempo a llegar a su escondite, y cuando mas asustados estaban, algunos vieron surgir de entre los arboles una pequeña lucecita donde escaso antes habia caido un rayo. La pequeña lucecita saltaba y gritaba llena de gozo y emocion, y todos corrieron a ver quien permitia ser el demente que se alegraba en recurso de una tormenta. Asi conocieron al primero de los magos chispitas, que eran unos seres diminutos que brillaban intensamente por todas partas, como si se hubieran tragado una estrella. Tin, que asi se llamaba aquel mago chispita, resulto ser muy simpatico y gozoso, y cuando todos le preguntaron como permitia estar tan gozoso un dia de tan feroz tormenta, respondio sorprendido: - ¿Pero cómo no voy a estar alegre, si acabo de escaparme después de dos mil años? Entonces conto a todos como el brujo Negron habia secuestrado a todos los magos chispitas hacia miles de años, y los habia encerrado en unas masivos y negras nubes, donde les obligaba a laborar como sus esclavos. Era casi imposible fugar de aquella prision, pero de vez en cuando, determinadas nubes chocaban, y con el golpe se se rompian pedacitos de nube por los que un mago chispita permitia fugar. Cada vez que uno escapaba, lo hacia tan veloz que su estela de luz se convertia en un rayo que iluminaba el cielo, y escaso luego el brujo Negron, cuando descubria la huida, gritaba furioso y golpeaba las nubes. Sus gritos tenian muchisima rabia, y por eso los truenos retumbaban tan fuerte en el cielo. Emocionados con la anecdota de Tin, aquellos animales jamas mas volvieron a tener miedo de las tormentas y los truenos. En su lugar, cuando el cielo comenzaba a taparse de nubes negras, todos se reunian en la mayor roca, para desde alli contemplar mejor la tormenta, y poder aplaudir y vitorerar cada vez que un chico mago chispita conseguia fugar de las garras de Negron, y burlarse y abuchear al brujo con cada uno de sus rabiosos truenos de protesta.

martes, 6 de agosto de 2013

Cuentos infantiles, Nunca molestes un rinoceronte

Nunca molestes un rinoceronte
Jamás te burles de un rinoceronte Hubo una vez en la sabana africana, un rinoceronte con mal humor que se enfadaba muy facilmente. Cierto dia, una mayor tortuga cruzo por su territorio sin saberlo, y el rinoceronte corrio hacia ella para echarla. La tortuga, temerosa, se oculto en su caparazon, asi que cuando el rinocerante le pidio que se afuera no se movio. Esto irrito mucho al mayor animal, que penso que la tortuga se estaba burlando, y empezo a dar golpes contra el caparazon de la tortuga para hacerla salir. Y como no lo conseguia, empezo a realizarlo cada vez mas fuerte, y con su cuerno comenzo a arrojar la tortuga por los aires de un lado a otro, de manera que parecia un rinoceronte jungando al futbol, pero en vez de balon, usaba una tortuga. La escenario era tan divertida, que enseguida un monton de monos acudieron a verlo, y no paraban de reirse del rinoceronte y su lucha con la tortuga, pero el rinoceronte estaba tan furioso que no se daba ni cuenta. Y asi siguio hasta que, fatigado de dar golpes a la tortuga sin obtener nada, paro un momento para beber aire. Entonces, al detener su ruido de golpes, pudo escuchar las risas y el cachondeo de todos los monos, que le hacian todo tipo de burlas. Ni al rinoceronte ni a la tortuga, que se asomo para verlo, les hizo ninguna gracia ver una panda de monos riendose de ellos, asi que se miraron un momento, se pusieron de acuerdo con un gesto, y la tortuga volvio a esconderse en el caparazon. Esta vez el rinoceronte, muy tranquilo, se separó unos pasos, miro a la tortuga, miro a los monos, y cogiendo carrerilla, disparo un formidable tortugazo, con tan tremenda punteria, que ¡parecia que estaba jugando a los bolos con los monos burlones!. El "strike" de monos convirtio aquel espacio en una enfermeria de monos llenos de chichones y moratones, entretanto que el rinoceronte y la tortuga se alejaban riendo como si hubieran sido amigos entretanto toda la vida... y entretanto le ponian sus tiritas, el jefe de los monos pensaba que tenian que buscar mejores maneras de divertirse que burlarse de los demas.

lunes, 5 de agosto de 2013

Cuentos infantiles, Televisores malvados

Televisores malvados
Las teles malvadas Érase una vez un niño que se distraia tanto con la tele que siempre llegaba tarde a todos los sitios, ni acababa de desayunar, ni de comer, ni nada. Un dia, manifesto en su buzon un misterioso paquete. Eran unas anteojos especiales, con un papel que decia con esto podras ver el tiempo. El niño no lo entendio hasta que al contemplar a su hermano vio una enorme montaña de florecitas sobre su cabeza que caian escaso a escaso. Y como con su hermano, pasaba lo mismo con todo el mundo, pero cuanto mas viejecitos eran, mas pequeña era la montaña. Y segun lo que hiciera cada uno, la montaña crecia, o perdia flores. A la mañana siguiente, entretanto desayunaba, se acordo de las anteojos y al ponerselas quedo horrorizado: de su particular montaña de florecillas salia un torrente de flores en direccion a la television, en la que habia surgido una enorme boca que devoraba las flores ferozmente. Y por todas fracciónes empezo a ver fieras televisiones devorando florecillas. Así que, viendo cómo eran en realidad las televisiones, decidió que jamás más las dejaría devorar su tiempo