Los maestros invertidos son aquellos que nos dan ejemplo con su actitud de aquello en lo que no debemos convertirnos o de aquello que, sin ser conscientes, radica en nosotros, y que debemos pulir en vuestro interior para que dicho rasgo deje de ser un hábito. Por tanto, si algo nos molesta de alguien, podemos marcarle límites y ser asertivos, pero, también l o que debemos realizar es precisamente considerar en
nosotros qué es lo que puede haber en vuestra personalidad que se parezca a ese comportamiento ajeno que tildamos
como molesto. Si lo encontramos, con el sólo hecho de haberlo identificado hemos dado un primer paso para beber percepción y rectificar, desarrollando en nosotros precisamente su valor contrario en la balanza. Por ejemplo, si nos molesta la actitud rígida de alguien, entonces deberemos construir tolerancia o flexibilidad. Las hadas también nos indican otro ejemplo: si encontramos a alguien ruidoso, entonces quizás nosotros poseemos este ruido en vuestro interior, a lo mejor, poseemos un tono de voz demasiado alto, charlamos demasiado o le damos vueltas a todo, en un constante parloteo interior, o bien es momento de aprender a descubrir el mutismo interior, de escucharnos o de hablar menos para adentrarnos en la sabiduría del alma. Si nos perturba la intolerancia o la soberbia de alguien, a lo
mejor tiene lugar rigidez u
orgullo en nosotros, por tanto, al laborar en uno mismo la humildad o la flexibilidad ya sea física o mental, provocará una modificacion evidente en vuestra realidad. Otro ejemplo sería en caso de los algunos suelan aprovecharse de nosotros, entonces quizás sea momento de fortalecer la autoestima, de saber decir que no o de iniciar a conocernos mejor y dedicarse tiempo a uno mismo. Si precisas de
gran coherencia en tu vida, la actitud del maestro tardado va a ser decirte o más bien orden
arte lo que debes realizar en tu vida, pero tu maestro tardado, en cambio, en circunstancias parecidas a las tuyas no predicará con el ejemplo que paradójicamente tiene tradición de imponer a los demás. Esto te hará darte cuenta de que si él no actúa conforme a las palabras que pronuncia, tú haz lo opuesto que él y actúa conforme a las palabras serenas que brotan de tu corazón. Al implementar nuevas actitudes, el maestro tardado está condenado a desaparecer o bien nosotros escalaremos una posición mejor. Y si no somos incapaces de detectar qué es lo que puede existir en nosotros que se asemeje a lo que nos afecta de ese comportamiento ajeno, entonces, podemos
tratar de averiguar qué otros apariencias podemos identificar en esa tercera persona para poderlos corregir en nosotros mismos. En este caso, puede haber determinado defecto en nosotros cuyo contrario podemos integrar a vuestra escala de
valores o a vuestra manera de actuar. Este cambio interno pero decidido conscientemente por uno mismo no será fácil, pero, de llevarlo a cabo, se obrará el milagro o el cambio favorable en nuestras vidas dedicado a llenarlas de paz y biene
star emocional.
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