martes, 4 de noviembre de 2014

Cuentos infantiles, Cuento de la araña que amaba a las flores

La hermosura de la luz fascinaba a la araña y eso era lo primero que agradecía la araña cada mañana al despertar al alba. Un día, cerca de su hogar, se instaló otra araña, que tenía problemas a la hora de tejer su tela de araña. Por eso, vuestra protagonista se le acercó y le preguntó: -¿Puedo ayudarte a desarrollar tu tela de araña? Yo vivo en una preciosa, justamente aquella de al lado y me ha quedado preciosa. Puedo ayudarte a que la tuya sea igual-. -No voy a comerte porque he visto como ayudabas a la otra araña a tejer su tela y no hay que destruir a aquellos que ayudan, sinó a impulsarlos en su labor. Por tanto, dejaré que sigas tu camino. -Gracias, pájaro- dijo la araña, cuando se sobrepuso del susto. La araña siguió su sendero y encontró unas flores tan hermosas que se detuvo a contemplar. Su fragancia era de ensueño y cautivó a la araña de inmediato. -¡Qué flores tan bonitas y qué bien huelen! -exclamó la araña-. Estar con ellas me parece un sueño-. Tras esas flores había una hada que era conocedora del carácter altruista de la araña y le dijo: -Mi ansia está en el ahora -dijo la araña- en cada ahora de mi vida. Por tanto, mi gran ansia es el ahora y ya lo estoy satisficiendo viéndote a ti, hermosa hada, ¿qué más puedo desear? Verte es una bendición. El hada se marchó halagada y sorprendida por la respuesta de este insecto encantador de cuyo corazón emanaban tan hermosas palabras. La araña se despidió de las flores y se marchó a su tela de araña. Antes de llegar, la araña se encontró a un escarabajo pelotero que empujaba una bolita de tierra y como el escarabajo parecía cansado, la araña lo ayudó a realizar rodar la bolita. Finalmente, la araña siguió su sendero hasta llegar a casa donde durmió plácidamente en su tela de araña. Por la noche, soñó con la hermosura del Hada de las Flores y de las flores que había contemplado el día anterior. En ese sueño, el Hada de las Flores le dijo que le concedía un ansia aún sin haber pretendido la araña que se hiciera realidad. -Voy a premiarte por ser una araña tan generosa y cariñosa. Voy a concederte el ansia de que puedas habitar en las flores que ayer encontraste en tu sendero y asimismo voy a trasladaros al Reino de las Hadas para que las flores no sean perecederas y así puedas disfrutar de su fragancia y hermosura todos los días de tu vida - le dijo el hada.

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