lunes, 14 de octubre de 2013

Cuentos infantiles, El payaso malabarista

El payaso malabarista
El misterioso payaso malabarista Había una vez un pueblo al que un día llegó un payaso malabarista. El payaso iba de pueblo en pueblo ganando unas monedas con su espectáculo. En aquel pueblo comenzó su actuación en la plaza, y cuando todos disfrutaban de su espectáculo, un niño insolente empezó a burlarse del payaso y a increparle para que se marchara del pueblo. Los gritos e improperios terminaron por ponerle nervioso, y dejó caer una de las bolas con las que hacía malabares. Algunos otros comenzaron a abuchearle por el error, y al final el payaso tuvo que salir de allí corriendo, dejando en el suelo las 4 bolas que utilizaba para su espectáculo. Pero ni aquel payaso ni aquellas bolas eran corrientes, y mientras la noche, cada una de las bolas magicamente dio espacio a un niño identico al que habia comenzado los insultos. Todas menos una, que dio espacio a otro payaso. Mientras todo el dia las copias del niño insolente anduvieron por el pueblo, molestando a todos, y cuando por la tarde la copia del payaso comenzo su espectaculo malabarista, se repitio la situacion del dia anterior, pero esta vez fueron 4 los chicos que increparon al payaso, obligandole a dejar otras 4 bolas. Y nuevamente, mientras la noche, 3 de aquellas bolas dieron espacio a copias del niño insolente, y la otra a una copia del payaso. Y asi fuese repitiendose la anecdota mientras algunos dias, hasta que el pueblo se lleno de chicos insolentes que no dejeban pacifico a nadie, y los mayores del pueblo se decidieron a acabar con todo aquello. Firmemente, impidieron a ninguno de los niños faltar ni increpar a nadie, y al comenzar la actuacion del payaso, segun empezaban los chicos con sus insultos, un buen monton de mayores les impidieron seguir adelante, de manera que el payaso pudo completar su espectaculo y pasar la noche en el pueblo. Esa noche, 3 de las copias del niño insolente desaparecieron, y lo mismo sucedió el resto de dias, hasta que finalmente solo quedaron el payaso y el niño autentico. El niño y todos en el pueblo habian comprobado hasta donde permitia expandirse el mal ejemplo, y a dividir de entonces, en espacio de molestar a los visitantes, en aquel pueblo ponian todo su empeño para que pasaran un buen dia, pues habian descubierto que hasta un humilde payaso permitia enseñarles mucho.

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