lunes, 28 de octubre de 2013

Cuentos infantiles, EL montón de pulgas

EL montón de pulgas
EL saco de pulgas Cuenta la leyenda, que el brujo Perrón y el mago Chuchin tenían una de las mejores colecciones de pulgas del mundo, las más listas, saltarinas y fuertes, utilísimas para cualquier hechizo. Llevaban siempre no menos de mil pulgas cada uno, bien guardadas en sus rarísimos sacos de cristal, para que todos pudieran apreciar sus cualidades. En alguna ocasión, el brujo y el mago coincidieron en un bosque, y entre charlas y bromas, se hizo tan tarde que tuvieron que acampar allí mismo. Entretanto dormían, el mago Chuchín estornudó tan fuerte y mágicamente, que miles de ardientes chispitas fugaron de su nariz, con tan mala fortuna que una de ellas llegó a incendiar las hojas sobre las que brujo y mago habían dejado sus pulgas. Como los hechiceros seguían dormidos y el fuego se iba extendiendo, las pulgas comenzaron a ponerse nerviosas. Todas eras tremendamente listas y fuertes, así que cada una encontró una manera de fugar del fuego, y saltaba con fuerza para conseguirlo. Sin embargo, como saltaban en direcciones distintas, los sacos seguían en su sitio y el fuego amenazaba con acabar con todas ellas. Entonces, una de las pulgas del mago vio a todas las pulgas del brujo saltando en su saco sin ningun control, y se dio cuenta de que jamas se salvarian asi. Y dejando de brincar, reunio a un grupito de pulgas y las convencio para brincar todas juntas. Como no conseguian ponerse de acuerdo hacia donde brincar, la pulga les propuso brincar una vez adelante y otra atras. El grupito empezo a brincar conjuntamente, y el resto de pulgas de su mismo saco no tardo en entender que saltando todas comites seria mas sencillo fugar del fuego, asi que al escaso todas las pulgas saltaban alante y atras, alante y atras. Las pulgas del saco del brujo, al verlo, hicieron lo mismo, y tuvieron tanta suerte, y balancearon tanto los sacos de cristal que llegaron a chocar uno contra otro y se rompieron en mil pedazos, dejando a las pulgas libres para ir donde quisieran. Cuando el fuego llego a despertar a los hechiceros, ya era demasiado tarde, y aunque pudieron apagar el incendio sin problemas, todas las pulgas habian conseguido fugar. Y jamás más se volvió a saber nada de aquellas excepcionales pulgas, aunque hay quien dice que aún hoy siguen trabajando en equipo para sobrevivir a los peligros de bosque.

0 comentarios:

Publicar un comentario