lunes, 30 de diciembre de 2013

Cuentos infantiles, El leopardo y el árbol

El leopardo y el árbol
El leopardo en su árbol Hubo una vez en la selva un leopardo muy nocturno. Apenas permitia dormir por las noches, y tumbado sobre la rama de su precioso arbol, se dedicaba a contemplar lo que ocurria en la selva mientras la noche. Fuese asi como descubrio que en aquella selva habia un ladron, observandole pasar cada noche a la ida con las manos vacias, y a la vuelta con los objetos robados mientras sus fechorias. Unas veces eran los platanos del señor mono, otras la peluca del leon o las máculas de la cebra, y un dia hasta el colmillo postizo que el mayor elefante solia llevar el secreto. Pero como aquel leopardo era un tipo muy pacífico que vivía al borde de todo el mundo, no quiso decir nada a nadie, pues la cosa no iba con él, y a decir verdad, le hacía gracia encontrar esos secretillos. Asi, los animales llegaron a estar revolucionados por la presencia del sigiloso ladron: el elefante se sentia ridiculo sin su colmillo, la cebra parecia un burro blanco y no digamos el leon, que ya no imponia ningun respeto estando calvo como una leona. Asi estaban la mayoria de los animales, furiosos, confundidos o ridiculos, pero el leopardo siguio pacifico en su arbol, disfrutando inclusive cada noche con los viajes del ladron. Sin embargo, una noche el ladron se tomo vacaciones, y despues de esperarlo mientras largo rato, el leopardo se canso y decidio dormir un rato. Cuando desperto, se descubrio en un espacio muy diferente del que era su hogar, flotando sobre el agua, aun subido al arbol. Estaba en un chico lago dentro de una cueva, y a su alrededor pudo ver todos aquellos objetos que noche tras noche habia visto robar... ¡el ladron habia partido el arbol y habia robado su particular casa con el dentro!. Aquello era el colmo, asi que el leopardo, aprovechando que el ladron no estaba por alli, escapo corriendo, y al momento fuese a ver al resto de animales para contarles donde guardaba sus cosas aquel ladron... Todos alabaron al leopardo por haber descubierto al ladron y su escondite, y permitirles recuperar sus cosas. Y resulto que al final, quien mas salio perdiendo fuese el leopardo, que no pudo replantar su magnifico arbol y tuvo que conformarse con uno mucho peor y en un sitio muy aburrido... y se lamentaba al recordar su indiferencia con los dificultades de los demas, viendo que a la larga, por no haber hecho nada, se habian terminado convirtiendo en sus propios dificultades.

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