lunes, 23 de diciembre de 2013

Cuentos infantiles, El Pintor y el Dragón

El Pintor y el Dragón
El Pintor, el Dragón, y el Titán Hubo una vez un pintor que en uno de sus viajes quedó tan perdido por el mundo que fuese a dar a la guarida de un dragón. Éste, nada más verle, rugió feroz por haberle molestado en su cueva. - ¡Nadie se atreve a entrar aquí y salir vivo! El pintor se disculpo y trato de explicarle que se habia perdido. Le afirmo que se marcharia sin regresar a molestarle, pero el dragon seguia empeñado en aplastarle. - Escucha dragón. No tienes por qué matarme, idéntico puedo servirte de ayuda. - ¡Que tonterias dices enano! ¿como podrias ayudarme tu, que eres tan debil y pequeñajo? ¿Sabes realizar algo, aunque solo sea bailar? ¡ja, ja,ja,ja! - Soy un mayor pintor. Veo que tus escamas estan un escaso descoloridas y, ciertamente, creo que con una buena mano de pintura podria ayudarte a dar mucho mas miedo y tener un apariencia mucho mas moderno... El dragón se quedó pensativo, y al escaso decidió perdonar la vida al pintor si se dedicaba como esclavo suyo a pintarle y decorarle a su gusto. El pintor cumplio con su papel, dejando al dragon con un apariencia increible. Al dragon le gusto tanto, que a menudo le pedia al pintor nuevos cambios y retoques, al tiempo que le trataba mucho mejor, casi como a un amigo. Pero por mucho que el pintor se lo pidiera, no estaba dispuesto a dejarle libre, y le llevaba con el a todas partes. En uno de sus viajes el pintor y el dragon llegaron a una mayor montaña. Estaban recorriendola cuando se dieron cuenta de que la montaña se movia... y comenzo a rugir con un ruido tal que dejo al dragon recurso muerto de miedo. Aquella montaña era en verdad un gigantesco titan, que se sintio tan enfandado y ofendido por la presencia del dragon, que afirmó que no pararia hasta aplastarlo. El dragon, asustado por el dimensión del titan, se disculpo y trato de explicarle que habia llegado alli por error, pero el titan estaba decidido a acabar con el. - Pero escucha, mayor titán, soy un dragón y puedo serte muy útil- terminó diciendo. - ¿Tu, dragon enano? ¿Ayudarme a mi? ¿Pero sabes realizar algo util? ¡ja, ja, ja, ja! - Soy un dragon, y echo fuego por mi boca. Podria asar tu comida y calentar tu lecho antes de dormir... El titan, identico que habia hecho antes el dragon, acepto la propuesta, quedandose al dragon como su esclavo, tratandolo como si afuera una cerilla o un mechero. Una noche, cuando el titan dormia, el dragon miro entristecido y avergonzado al pintor. - Ahora que me ha sucedido a mí, me he dado cuenta de lo que te hice... Perdóname, no debí abusar de mi fuerza y mi tamaño. Y cortando sus cadenas, añadió: - ¡Corre, escapa! El titan duerme y eres tan chico que no puede ni verte. El pintor se sintió feliz de haber quedado libre, pero viendo que el dragón, a quien había tomado mucho cariño, había comprendido su injusticia, se quedó por allí cerca pensando un plan para liberarle. A la mañana siguiente. Cuando el titán despertó, descubrió al dragón tumbado a su lado, muerto, con la cabeza cortada. Rugió y rugió y rugió furioso, pensando que habría sido cosa de su primo, el titán más malvado que conocía, y se marchó rápidamente en su busca, decidido a romperle la cabezota en mil pedazos. Cuando se hubo marchado el titan, el pintor desperto al dragon, que aun dormia tranquilamente en el mismo sitio. Al despertar, el dragon encontro al otro dragon de la cabeza cortada, que no eran mas que unas rocas que el chico artista habia pintado para que parecieran un dragon muerto. Y al mirarse a si mismo, el dragon comprobo que apenas se le permitia ver, pues entretanto dormia el pintor habia decorado sus escamas de manera que parecia una verde pradera de flores y hierba. Ambos huyeron tan veloz como pudieron, y el dragon, agradecido por haberle salvado, prometio a su amigo el pintor no regresar a utilizar su fuerza y su dimensión para abusar de nadie, y que los utilizaria siempre para ayudar a quienes mas lo necesitaran.

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