jueves, 22 de mayo de 2014

Cuentos infantiles, el-escarabajo-trompetista-cuentos-infantiles

Verdi, el chico escarabajo, vivía cerca del huerto de Doña gallina. Siempre estaba solo. Paseaba por el huerto vestido con un chaleco gris y un sombrero negro. Su casita estaba hecha de cáscara de nuez y al lado de un fuerte abeto que le protegía del viento y la lluvia. Al salir los primeros rayos del sol, abría la ventana y ensayaba con su trompeta. ¡Si, era trompetista! ¡Tararí, tarará, tararí!. Todas las mañanas, entonaba su canción. Él, quería mucho a su trompeta dorada, ¡Se la había regalado un viejo búho que vivía en el bosque! Llevaba años practicando y realmente era maravilloso oírle tocas. Sus amigos soportaban sus ensayos con mucha paciencia. Escaso a escaso la trompeta parecía estar viva, pues sus notas sonaban cada vez mejor. ¡Bailaban en el aire! ¡Que ritmo! Las notas subían hasta las nubes y jugaban con ellas. Sus amigos: la gallina, el saltamontes y el viejo búho, le animaban para que se presentara a un concurso de trompeta que había en el bosque. Su música llegó a conocerse en otros bosques cercanos. Todos los animalitos venían a oírle tocar. Llegó el día del concurso, todos sus amigos se pusieron sus mejores ropas. ¡Que guapos estaban! Algunos animalitos eran un escaso envidiosos y desconfiados. No creían que Verdi afuera tan buen músico. ¿Cómo va a ser buen músico un escarabajo? ? decían. ¡Es un escaso feo y no vive en una casa elegante! - Comentaban otros. Pero cambiaron de opinión enseguida al oírle tocar. Eran tan hermosas sus melodías que todo el mundo oía con atención. El concurso fuese un mayor éxito y todos aplaudieron entusiasmados. Verdi, se hizo muy famoso, pero siguió viviendo en su casita de cáscara de nuez y divirtiéndose con sus amigos.

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