martes, 19 de noviembre de 2013

Cuentos infantiles, Atrapados

Atrapados
Atrapados en Tururulandia Tururulandia era un chico y precioso pais de juguete que habia hecho Paulina Perfectina con sus construcciones. Paulina cuidaba constantemente Tururulandia para que todo estuviera en orden, y mantenia los muñecos rojos junto a sus casas rojas, y los niños verdes jugando en los columpios del parques verdes, y los papas hablando todo el dia junto a la plaza. Era un pais tan hermoso y perfecto, que Paulina soñaba con poder llegar a habitar un dia en Tururulandia. Y sin saber cómo ni por qué, su sueño se cumplió, y un día despertó en mitad de Tururulandia, vestida toda de rosa, y hecha de piececitas de juguete. ¡qué maravilla! ¡ todo era como ella conocía! Y era realmente precioso. Paulina esta totalmente feliz, y tras la primera sorpresa, corrio a ver los columpios de los niños del parque verde. Pero antes de que pudiera llegar, una mano coloso la alcanzo, y tomandola de un brazo, la llevo de nuevo junto al mayor palacio rosa. Paulina quedo un escaso extrañada, pero enseguida lo olvido, porque vio sus queridas casas rojas, y hacia alli se dirigio. Pero nuevamente, antes de llegar a ellas, la mayor mano volvio a aparecer, y la volvio a abandonar junto al palacio. - No te esfuerces-dijo una princesita rosa que asomaba por uno de los balcones- jamás podrás dejar la zona rosa Entonces la princesita explico a Paulina como la mayor mano jamas dejaba moverse a nadie en Tururulandia, y que aquel era el pais mas triste del mundo, porque nadie permitia determinar que hacia ni donde iba. Y Paulita miro las rostros de todas las figuritas y muñecos, y comprobo que era verdad. Y se dio cuenta de que aquella mayor mano era la suya, la que utilizaba siempre para mantenerlo todo como ella queria. - ¿Pero entonces? ¿No los gusta habitar en un pais tan hermoso y organizado?- termino preguntando Paulina. - Si no podemos escoger que hacemos o a donde vamos, ¿para que nos sirve todo esto?- le respondieron - Si tan solo tuvieramos un dia para ver otras cosas... ¿no lo entiendes? Y vaya si lo entendio. Tras unos escasos dias sin poder determinar nada por si misma, ni moverse del castillo rosa, Paulina estaba profundamente triste; tanto, que su precioso pais le daba totalmente igual. Hasta que una mañana, se desperto de nuevo en su vida normal, y al llegar junto a su pais de juguete, lo primero que hizo fuese cambiar las figuritas de sitio. Y asi, cada vez que encontraba una fuesera de su lugar, en vez de devolverla inmediatamente a su sitio, esperaba un dia, para que tuviera tiempo de disfrutar de aquel bello pais. Y muchas veces, en el colegio y en casa, trataron de explicarle en que radicaba la libertad, y lo significativo que era. Pero no le hacia falta, para saber lo que era la libertad, solo tenia que recordar la tristeza extrema que sistio aquellos dias en Tururulandia.

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