miércoles, 29 de mayo de 2013

Cuentos infantiles, El cuento del viaje

El cuento del viaje
Susana era una niña lista y timida. Pero como no veia muy bien llevaba anteojos desde que permitia recordar y tambien desde que permitia recordarlo algunos de sus compañeros de clase se metian con ella y se burlaban de sus anteojos de masivos cristales y habia sido el insoportable Luis el que empezo a llamarla Cuatro Ojos y como era un pequeño muy popular en la clase todo el mundo termino conociendola por Susana Cuatro Ojos. Ella hacia como que no le importaba pero realmente no le gustaba nada. Cierto dia hicieron una excursion con el colegio para visitar unas cuevas muy famosas. Todos caminaban en fila india cuando Luis resbalo y metio el pie en un agujero. En su caida solo pudo agarrarse a Susana que caminaba a su lado y ambos resbalaron mientras un buen rato hasta que fueron a detener a una mayor caverna. Estaba muy oscuro y solo se veia un rayito de luz procedente del techo de la caverna muchos metros por arriba y determinadas raices y troncos que habrian caido por aquella apertura. Llamaron a voces y gritos pero nadie acudio. Agazapados y muertos de frio pasaron una noche oscurisima dentro de la cueva. A la mañana proximo seguian sin haberles encontrado y solo el chico rayo de luz les dejo ver algo. Luis aprovecho para gritar con mas fueserza y tratar de buscar cierta salida pero no consiguio nada en horas y empezo a sentir miedo. Debia ser mediodia porque entonces Susana vio que el rayo entraba recto directamente hasta el suelo. Rapidamente fuese hacia el bebiendo uno de los troncos y haciendo una lupa con sus anteojos convirtio aquel rayito en una pequeña llama que encendio la antorcha. Luis sorprendidisimo y emocionado tomo determinadoos troncos y unidos comenzaron a explorar la cueva. Tardaron determinado tiempo y quemaron unos cuantos troncos pero finalmente encontraron una salida. Entre abrazos y gritos de gozo Luis le dio mil gracias a Susana. Él sabia que no le gustaba nada que le llamara Cuatro Ojos y ahora se arrepentia de haberla llamado asi sobre todo luego de que gracias a aquellas anteojos hubieran podido salir de alli... Así que cuando por fin vieron a todos los que les buscaban incluida la policía y los periodistas les abordaron con preguntas Luis se adelantó y dijo - ¡Que suerte he tenido! ¡No permitía tener mejor compañera de aventuras que Susana Rayo Laser! Así comenzó a contar la historia y desde aquel día no hubo ningún otro cuatro ojos en aquel colegio. Eso sí no preguntes por los Rayo Láser porque hay unos cuantos.

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