martes, 21 de mayo de 2013

El inventor y los monstruos

Ramoncete no queria aprender a leer. Tantas letras comites le parecia un tedio enorme y no terminaba de comprender por que todos los mayores y muchos otros niños disfrutaban tanto con la lectura. Él miraba las letras y no veía nada interesante a él que tanto le gustaban las historias de monstruos y bichos terribles. Un día paseaba por la tienda de disfraces de don Mostrocho. Le encantaba aquella tienda porque don Mostrocho era capaz de inventar los monstruos más alucinantes y cada año tenía muchos nuevos monstruos ¡con lo difícil que era sólo inventar uno nuevo! Aquel día el dueño de la tienda leía y a Ramoncete le llamó la atención - ¿Por qué lee tanto? ¡si los libros no dicen nada interesante! - ¿Cómo que no? - respondió don Mostrocho. - Pues diáfano no dicen nada de monstruos ni bichos- añadió el chaval. - ¡No puedo creerlo! - exclamó sorprendido el tendero- ¿Aún no te he contado mi secreto? Entonces don Mostrocho tomó el libro que estaba leyendo y se lo enseñó a Ramoncete. - ¿Qué veis aquí? El niño comenzó a leer con alguna problema y desgana. - ¡No no! asi no. Tienes que mirarlo todo. Si quieres puedes alejartelo un escaso o inclusive darle la vuelta. ¿No veis algo diferente? Al momento Ramoncete lo vio ¡las lineas y letras de aquella pagina formaban un mayor dibujo que le recordaba a un dinosaurio! y una enorme sonrisa se dibujo en su rostro. Comenzo a pasar las hojas y descubrio muchas otras figuras en cada pagina segun se largaban y acortaban las lineas al derecho de lado y al reves y sin abandonar de imaginarse que podian ser monstruos animales o fantasmas... - Ahora ya sabes como invento tantos monstruos- dijo don Mostrocho guiñandole un ojo.- Lo unico que tienes que realizar es leer la pagina y despues mirarla para encontrar el monstruo que esconde. ¿Sabias que casi todas tienen algo especial? solo hay que saber verlo. Ramoncete se despidio ilusionado con su nuevo descubrimiento y desde aquel momento era extraño no encontrarle con un libro en la mano buscando las figuras que escondia y sin siquiera darse cuenta de las miles de cosas nuevas que aprendia cada dia a traves de sus libros.

0 comentarios:

Publicar un comentario