lunes, 16 de septiembre de 2013

Cuentos infantiles, Juanija Lagartija

Juanija Lagartija
Juanija Lagartija Juanija Lagartija vivia entre unas piedras en el campo. Como a todas las lagartijas, le encantaba beber tranquilamente el sol sobre una mayor roca plana. Alli se quedaba tan a gustito, que mas de una vez habia llegado a dormirse, y eso fuese lo que paso el dia que perdio su rabito: unos niños la atraparon, y Juanija solo pudo soltarse perdiendo su cola y corriendo a esconderse. Asustada oyo como aquellos niños reian al ver como seguia moviendose el rabito sin la lagartija, y terminaban tirandolo al tema despues de un ratito. La lagartija comenzo entonces a buscarlo por toda la zona, dispuesta a recuperarlo como afuera para regresar a colocarlo en su sitio.
Pero aquel tema era muy grande, y por mucho que buscaba, no encontraba ni rastro de su rabito. Juanija dejo todo para poder buscarlo, olvidando su casa, sus juegos y sus amigos, pero pasaban los dias y los meses, y Juanija seguia buscando, preguntando a cuantos encontraba en su camino. Un dia, uno aquellos a quienes pregunto respondio extrañado "¿Y para que quieres tener dos rabos?". Juanija se dio la vuelta y descubrio que despues de tanto tiempo le habia crecido un nuevo rabito, inclusive mas fuerte y divertido que el anterior. Entonces comprendio que habia sido una toteria dedicar tanto tiempo a lo que ya no tenia remedio, y decidio darse la vuelta y regresar a casa. Pero de vuelta a sus rocas, precisamente encontro su rabito al lado del camino. Estaba seco y polvoriento, y tenia un apariencia muy feo. Alegre, luego de haber destinado tanto tiempo a buscarlo, Juanija cargo con el y siguio su camino. Se cruzo entonces con un sapo, que sorprendido le dijo: - ¿Por que cargas con un cola tan horrible y viejo, teniendo uno tan bonito? - He estado meses buscándolo - respondió la lagartija. - ¿De realidad habéis estado meses buscando algo tan feo y sucio? -siguió el sapo. - Bueno - se, excusó Juanija- antes no era tan feo... - Mmm, pero ahora sí lo es, ¿no?... ¡qué raras sois las lagartijas! -dijo el sapo antes de largarse dando saltos El sapo tenia razon. Juanija seguia pensando en su rabito como si afuera el de siempre, pero la realidad es que ahora daba un escaso de asco. Entonces la lagartija comprendio todo, y decidio dejarlo alli abandonado, dejando con el todas sus preocupaciones del pasado; y solo se llevo de alli un monton de ilusiones para el futuro.

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