martes, 14 de octubre de 2014

Cuentos infantiles, CUENTOS INFANTILES III

Los monarcas molientes. Esta anécdota vuelve a estar protagonizada por mi primo y yo.  Nos situamos un 5 de Enero de hace ya unos escasos de años. Venimos a enterarnos que una compañera del colegio la habían elegido como ?Rey Mago? para las cabalgatas de San Juan.  ¡De cosa buena nos enteramos!. Lo usual en nosotros es ver la cabalgata en un par de puntos y ya está, no la seguimos ni nada por el estilo, pero ese año tuvimos que realizar una excepción. La seguimos casi todo el recorrido, por contra, fué el año que menos caramelos nos llevamos para casa y el año que más caramelos cogimos. ¿No te cuadran las cuentas?. Te explico.  Cada caramelo, uno a uno, se lo delvovíamos al monarca mago, intenado siempre darle en la cabeza. Todo el camino, pom, pom, pom, uy!? la pobre estaba ya de caramelos bien harta, cada vez más deseperada. Y nosotros a vuestra bola: coge caramelo, y otro, y otro,? así hasta que en una de las calles, casi terminando el recorrido, su paciencia se agota y le explota el mal genio. Se puso de pié, con los brazos desarrollados y empezó a chillar: ?¡dejadme de tirar caremelos, coño!, meterse los caramelos por dónde os quepa?cabrones!!? y otra serie de barbaridades.  Fuese un espectáculo sobre todo porque estaba rodeada de un montón de niños, la gente flipaba (o a mí me lo pareció), porque mi primo y yo nos tuvímos que ir entre risas y un escaso partido la realidad. Todo un espectáculo. La realidad es que aguantó tela. Pero vamos nos hartamos de reir. Y muchos niños se fueron  para casa casi llorando, pensando que el monarca se iba a bajar a pegarles? Imaginarse los niños más peques traumatizados con un monarca tan violento. ¡buenísimo! A dividir de estos monarcaes me parece que dan un protocolo de comportamiento para ser buen monarca de carrozas.

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