martes, 11 de marzo de 2014

Historias infantiles, Retórica de OZ

Últimamente ando profundizando en productos sesudos pero esclarecedores de pensadores de la talla de Slavoj Zizek y husmeando en el territorio de la retórica gracias a blogs como el de Salvador Pon o el club Pobrelberg. Apasionante. La sociedad requiere un relato para auto-explicarse. Los cuentos, infantiles o no, ofrecen las coordenadas necesarias para encontrarnos como colectivo. Es mucho más sencillo recordar una anécdota que nos involucre sentimentalmente que una fría retahíla de datos. Una fábula es una enseñaza comprimida (?zipeada?) que podremos comunicar de manera breve, pero con capacidad para contener algúnas lecturas entrelazadas, disponibles siempre que descifremos el código con el que se generaron. Cuando hay una moraleja evidente en el cuento, es más sencillo abstraerse a la misma, o esquivarla imaginando el final opuesto.  Pero tal como aboga Chomsky, uno de los principales valores que tiene la narración es crear un marco para la imaginación a las probabilidades ofrecidas por el relato. Estos mensajes subliminales, que no invisibles, son el motor de la evolución/censura de multitud de versiones de la misma narración, como los cuentos infantiles posteriormente versionados por los hermanos Grimm Lo que hoy es ?políticamente correcto? mañana está muy mal visto. Gracias a la lectura del libro En Deud de Graeber, he descubierto la alegoría de este relato. En 1964, el maestro de secundaria Henry Littlefield escribió un producto sobre la noción de una alegoría subyacente en el libro de Baum ? El maravilloso Mago de Oz ?, que fuese publicado en 1900. Un escaso de contexto: Es la segunda mitad del S.XIX. Las tierras del oeste de EEUU han sido pobladas por agricultores que se han endeudado con los banqueros del este aunque no para especular, sino para poder invertir en tierras y maquinaria. La  producción crece considerablemente, y esto provoca una bajada de precio considerable. (un 22% mientras los 16 años previos a 1900, generando una deuda enorme.) Los agricultores se ven agobiados ante la bajada de ingresos por un lado y la presión de los préstamos que habían solicitado previamente. Proponen que el Estado imprima más dinero y así eleve el nivel de precios, gaste en campañas de creación de manejo y incremente la inflación (y de este modo, se reduzca la carga de la deuda de los granjeros). En ese momento operaba en EE.UU. el estándar de oro, un sistema monetario que respaldaba cada dólar con una porción de oro. Para ello, los agricultores proponen el cambio a un sistema monetario de respaldo bimetálico: patrón oro y plata (que el nuevo dinero que se hiciera afuera respaldado no sólo por las reservas de oro sino también por las de plata de la Reserva Federal de Estados Unidos), Por el contrario, los banqueros defendían que se siguiera con el patrón oro. Aparece así un movimiento en 1894, los Greenbackers, (una de las fuentes mayoritarias del movimiento eran los deudores; especialmente las familias granjeras del Recurso Oeste como la de Dorothy, enfrentadas a una enorme ola de ejecuciones hipotecarias mientras la gravisimo recesión de la década de 1890) que recurren a  una campaña de publicidad congruente en una marcha sobre Washington. ¿Cómo aclarar esta anécdota tan antigua y sin embargo tan actual de una manera sencilla? Imagine el lector por un momento que es el encargado de guionizarla.  El proceso podría haber sido así: Una estafa a mayor escala:   mmmm Una crisis Una ?burbuja de especulación? que surge de la nada y que se lleva las casas de los pobres (sigh) ciudadanos volando (y no entremos en lanzamientos.) mmm...Un tornado, un mayor tornado. Promotores y beneficiarios del poco suministro de dinero. Una caja de ahorros o un banco sepultado por sus excesos, y el resto mutilando a la sociedad para obtener sus intereses. Dos brujas.  Una bruja Malvada del este y otra del Oeste. La del este un escaso escrachada. Pon otra bruja buena, para compensar. Algo de sentido común, para epatar (Hay inclusive quien sugiere que ?Dorothy? es el propio Roosevelt, pues silábicamente , en inglés ?Dor-o-thee? es ?Thee-o -dore? invertido) mmm, ponme una mujer, o mejor una niña protagonista, que en siglo XX esto quedará como una modernez. Expliquemos el asunto de los granjeros (víctimas que no tuvieron cerebro para eludir caer en la trampa) y si ponemos un espantapajaros? Expliquemos la situación de los obreros y su actitud pasiva (que no tenía corazón para solidarizarse con los granjeros) Ya lo tengo... un tio de hojalata.  Toma sci-fi pionera!! Expliquemos la situación de la casta dirigente, una clase política. Charlatanes seductores, pero carentes de enojo para intervenir. mmmm Un león cobarde. Como ya poseemos ?la biblia? de personajes,  expliquemos la campaña:  Cambiar el patrón oro mediante una marcha a la capital, para que el presidente decida respaldar el dinero con el patrón oro-plata. La niña deberá recorrer un sendero amarillo integrado por lingotes en clara alusión al oro con sus zapatos de plata para llegar a la ciudad esmeralda, que es donde vive el solucionador bautizado como ?Onza?, la medida de peso del oro. o mejor ?Oz?. Ok, MacKey, la campaña ya está lista. Para realizar una previsión de lo que podría suceder:  El mago de Oz podríamos mostarlo como un personaje algo pelele, que no siempre diga la realidad y atemorizado en manos de las brujas malas. No obstante, nadie puede ayudar a Dorothy a regresar a casa. (Momento anticlimax de decepción) Eventualmente ella encuentra que sus zapatos de plata (que en la película fueron de rubí) tienen el poder de llevarla de vuelta a Kansas. En el libro, Dorothy usaba zapatillas de plata cuando caminaba por un camino de oro y pierde sus zapatillas de plata en el desierto antes de llegar a casa, un probable reflejo de la decadencia de la motivo de la plata después de 1896. Como intento de creación de un nuevo mito, la anécdota de Baum es notablemente eficaz. Como propaganda política, no tanto.William Jennings Bryan fracasó en tres intentos de llegar a la presidencia, el patrón plata jamás se adoptó y pocas personas siquiera recuerdan hoy en día de qué se suponía que trataba El mago de Oz. Su exigencia de que se utilizara la plata con el estándar de oro no se materializó, pero el destino hizo retornar unos años más tarde la inflación gracias al descubrimiento de más porciónes de oro en Sudáfrica y en otras fracciónes del mundo. Cada mito justifica su persistencia en el tiempo entretanto la narración es utilizada por la sociedad que lo cree..... Desde el principio, las hipotecas sepultaron al banquero del este

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