martes, 26 de noviembre de 2013

Cuentos infantiles, Las pelotas de tenis

Las pelotas de tenis
Las pelotas de tenis son muy raras Un perrito y un gatito compartian casa con sus amos. Salian al jardin a buscar caracoles y jugaban con ellos como si fueran pelotas. Un dia, decidieron preparar un mayor torneo de tenis, llamaron a sus amigos y formaron equipos, pero justo cuando iban a comenzar, los caracoles se negaron a ser utilizados como pelotas, y todos los presentes comenzaron a busdar pelotas de tenis para el campeonato. Primero uno trajo una piedra, pero vieron que no rodaba; otro siguio llevando una naranja, y resulto que no botaba; un cuarto acudio con una rana, que sin duda botaba, pero no era redonda; otro siguio con un balon de futbol, pero era demasiado mayorde; despues llevaron otra pelotita, pero en color negro, pero asi nadie la distinguiria en el juego. Hasta que finalmente encontraron una pequeña pelota de tenis, redonda, botante, verde y llamativa, y comenzaron el torneo. Pero no puedo decir quien ganó, porque tras tantas búsquedas, ¡¡todos los que jugaban acabaron tan cansados que se durmieron sobre la pista!!

lunes, 25 de noviembre de 2013

Cuentos infantiles, Mi pequeño mundo

Mi pequeño mundo
Mi chico mundo se ha roto Habia una vez un muelle que vivia pacifico y seguro dentro de su pluma. Aunque oia muchas cosas procedentes del exterior, vivia creyendo que afuera de su mundo, el pluma, no habia nada bueno. Solo pensar en abandonar su pluma le daba tal miedo que no le importaba pasar su vida encogiendose y estirandose una y otra vez en el minusculo lugar del boli. Pero un dia, se acabo la tinta, y cuando su dueño lo fuesese a cambiar tuvo un despiste. El muelle salto por los aires y fuesese a detener al desagüe del lavabo, y por ahi se perdio de vista. El muelle, aterrorizado y lamentandose de su suerte, atraveso tuberias y tuberias, pensando siempre que aquello era su fin. Mientras el viaje por las cañerias no se atrevio a abrir los ojos de puro miedo, sin abandonar ni un momento de llorar. Arrastrado por el agua, siguio, siguio y siguio, hasta ir a detener a un rio; cuando la corriente perdio fueseserza, al ver que todo se calmaba, dejo de llorar y escucho a su alrededor, y al escuchar solo los canticos de los pajaros y el viento en las hojas de los arboles, se animo a abrir los ojos. Entonces pudo ver las aguas cristalinas del rio, las piedras del fondo, y los peces de colores que en el vivian y jugaban, y comprendio que el mundo era mucho mas que su chico boligrafo, y que siempre habia habido muchas cosas en el exterior esperando para disfrutarlas. Asi que luego de jugar un rato con los peces, fuese a detener a la orilla, y luego a un tema de flores. Alli escucho un llanto, que le llevo hasta una hermosa flor que habia sido pisada por un conejo y ya no permitia estar recta. El muelle se dio cuenta entonces de que el permitia ayudar a aquella flor a mantenerse recta, y se ofrecio para ser su vestido. La flor acepto encantada, y asi vivieron unidos y alegres. Y siempre reian al recordar la anécdota del muelle, cuando pensaba que lo unico que habia en la vida, era ser el triste muelle de un boligrafo.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Cuentos infantiles, A la caza de sonrisas

A la caza de sonrisas
A la caza de sonrisas La princesa de las hadas estaba enferma, y aunque los medicos no descubrieron el problema, dos chicos dragones descubrieron que lo que la habia ya que enferma es que ya jamas veia sonrisas. Asi que empezaron a buscarlas por toda la tierra, pero no las descubriron, y viajaron volando por todos los planetas y estrellas en busca de sonrisas. Y viajaron tanto y tanto sin descubrir ninguna, que uno de ellos decidio dar la vuelta para estar con la princesa cuando muriese. Pero el otro decidio seguir, y justo en el proximo planeta al que se dirigio, uno chico y oscuro que ni se veia, encontro que todas las sonrisas del mundo estaban alli reunidas haciendo una fiesta. El dragon les conto lo que pasaba, y sin dudarlo millones de sonrisas le acompañaron en su viaje de vuelta, y en cuanto la princesa de las hadas vio tantisimas sonrisas, recupero su gozo y su salud. Y el primer dragon, aquel que se habia dado la vuelta, se alegro enormemente de haber tenido un amigo mas perseverante y tolerante que el mismo

martes, 19 de noviembre de 2013

Cuentos infantiles, Atrapados

Atrapados
Atrapados en Tururulandia Tururulandia era un chico y precioso pais de juguete que habia hecho Paulina Perfectina con sus construcciones. Paulina cuidaba constantemente Tururulandia para que todo estuviera en orden, y mantenia los muñecos rojos junto a sus casas rojas, y los niños verdes jugando en los columpios del parques verdes, y los papas hablando todo el dia junto a la plaza. Era un pais tan hermoso y perfecto, que Paulina soñaba con poder llegar a habitar un dia en Tururulandia. Y sin saber cómo ni por qué, su sueño se cumplió, y un día despertó en mitad de Tururulandia, vestida toda de rosa, y hecha de piececitas de juguete. ¡qué maravilla! ¡ todo era como ella conocía! Y era realmente precioso. Paulina esta totalmente feliz, y tras la primera sorpresa, corrio a ver los columpios de los niños del parque verde. Pero antes de que pudiera llegar, una mano coloso la alcanzo, y tomandola de un brazo, la llevo de nuevo junto al mayor palacio rosa. Paulina quedo un escaso extrañada, pero enseguida lo olvido, porque vio sus queridas casas rojas, y hacia alli se dirigio. Pero nuevamente, antes de llegar a ellas, la mayor mano volvio a aparecer, y la volvio a abandonar junto al palacio. - No te esfuerces-dijo una princesita rosa que asomaba por uno de los balcones- jamás podrás dejar la zona rosa Entonces la princesita explico a Paulina como la mayor mano jamas dejaba moverse a nadie en Tururulandia, y que aquel era el pais mas triste del mundo, porque nadie permitia determinar que hacia ni donde iba. Y Paulita miro las rostros de todas las figuritas y muñecos, y comprobo que era verdad. Y se dio cuenta de que aquella mayor mano era la suya, la que utilizaba siempre para mantenerlo todo como ella queria. - ¿Pero entonces? ¿No los gusta habitar en un pais tan hermoso y organizado?- termino preguntando Paulina. - Si no podemos escoger que hacemos o a donde vamos, ¿para que nos sirve todo esto?- le respondieron - Si tan solo tuvieramos un dia para ver otras cosas... ¿no lo entiendes? Y vaya si lo entendio. Tras unos escasos dias sin poder determinar nada por si misma, ni moverse del castillo rosa, Paulina estaba profundamente triste; tanto, que su precioso pais le daba totalmente igual. Hasta que una mañana, se desperto de nuevo en su vida normal, y al llegar junto a su pais de juguete, lo primero que hizo fuese cambiar las figuritas de sitio. Y asi, cada vez que encontraba una fuesera de su lugar, en vez de devolverla inmediatamente a su sitio, esperaba un dia, para que tuviera tiempo de disfrutar de aquel bello pais. Y muchas veces, en el colegio y en casa, trataron de explicarle en que radicaba la libertad, y lo significativo que era. Pero no le hacia falta, para saber lo que era la libertad, solo tenia que recordar la tristeza extrema que sistio aquellos dias en Tururulandia.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Cuentos infantiles, El espejo roto

El espejo roto
El espejo estropeado Habia una vez un niño preparado y rico, que tenia practicamente de todo, asi que solo le llamaba la atencion los objetos mas raros y curiosos. Eso fuese lo que le paso con un antiguo espejo, y convencio a sus padres para que se lo compraran a un misterioso anciano. Cuando llego a casa y se vio reflejado en el espejo, sintio que su rostro se veia muy triste. Delante del espejo empezo a sonreir y a realizar muecas, pero su reflejo seguia siendo triste. Extrañado, fuese a comprar golosinas y volvió todo contento a verse en el espejo, pero su reflejo seguía triste. Consiguió todo tipo de juguetes y cachivaches, pero aún así no dejó de verse triste en el espejo, así que, decepcionado, lo abandonó en una esquina. "¡Vaya un espejo más birrioso! ¡es la primera vez que veo un espejo estropeado!" Esa misma tarde salio a la calle para jugar y comprar unos juguetes, pero yendo hacia el parque, se encontro con un niño pequeño que lloraba entristecido. Lloraba tanto y le vio tan solo, que fuese a ayudarle para ver que le pasaba. El pequeño le conto que habia perdido a sus papas, y unidos se pusieron a buscarlo. Como el pequeño no paraba de llorar, vuestro niño gasto su dinero para comprarle unas golosinas para animarle hasta que finalmente, tras mucho caminar, terminaron encontrando a los padres del pequeño, que andaban preocupadisimos buscandole. El niño se despidió del chiquillo y se encaminó al parque, pero al ver lo tarde que se había hecho, dio media vuelta y volvió a su casa, sin haber llegado a jugar, sin juguetes y sin dinero. Ya en casa, al llegar a su habitación, le pareció ver un brillo procedente del rincón en que abandonó el espejo. Y al mirarse, se descubrió a sí mismo radiante de alegría, iluminando la habitación entera. Entonces comprendió el misterio de aquel espejo, el único que reflejaba la verdadera alegría de su dueño. Y se dio cuenta de que era verdad, y de que se sentia ciertamente feliz de haber ayudado a aquel niño. Y desde entonces, cuando cada mañana se mira al espejo y no ve ese brillo especial, ya sabe que tiene que realizar para recuperarlo.



Author: Ezequiel Pollano

martes, 12 de noviembre de 2013

Cuentos infantiles, El exprimidor de nubes

El exprimidor de nubes
El exprimidor de nubes Sabidina era una niña que trabajaba limpiando y cuidando el edificio del consejo de los sabios del reino. Era una niña muy lista y estudiosa, y cuando tuvo la ocasion de aprender cerca de tantos sabios, no dejo pasar la oportunidad. Sin embargo, despues de llevar un año con ellos, escuchando a hurtadillas sus reuniones, estaba muy preocupada: los sabios jamas hablaban de nada nuevo, todo era contar anécdotas de cuando hicieron esto, o cuando aprendieron lo otro. Sabidina habia ido leyendo todos los libros de los que hablaban los sabios, y de todos los asuntos que mencionaban, pero llego un momento en que ya no sabia que aprender, porque ya no contaban nada nuevo, asi que Sabidina comenzo a leer nuevos libros por su cuenta sobre miles de cosas nuevas. Sucedio que en aquel pais llego una sequia muy larga, algo que jamas habia sucedido en aquel espacio del mundo. Los sabios propusieron sus soluciones, pero como era algo que jamas habian vivido ni se habian molestado en estudiar, todas sus propuestas resultaron ineficaces. Sabidina, que se habia convertido en una experta sobre el clima, viendo que sabia mucho mas, se atrevio un dia a interrumpir las deliberaciones de los sabios para proponer determinadas soluciones. Los sabios, sin embargo, no le hicieron ni caso; dijeron que era un niña, que ellos eran los expertos, y que no les molestase mas. Sabidina se sintio tan triste y ofendida, que a dividir de aquel dia dejo de asistir al edificio del consejo, y se encerro en el desvan de su casa. Solo salio de alli varios dias despues, empujando un carrito, y se fuese directa a ver al rey, a quien mostro su invento: una extraña maquina con muchos botones y una larguisima tuba. -Este es el exprimidor de nubes-dijo Sabidina-y acabará con la sequía. -Hummm -comentó el rey, indrédulo - ¿de realidad funciona esto? Sabidina se inclino sobre la maquina y pronuncio determinadas palabras en voz baja, que se transformaron en unos raos ruidos graves que salieron por la tuba como por un altavoz. Al escaso, comenzo a caer una ligera lluvia que ceso al escaso rato. - ¿Has hecho magia?-dijo el rey- ¿eres una bruja? - ¡Qué va!- respondió Sabidina-sólo es un escaso de ciencia. El monarca se mostro entusiasmado y mando llamar a los sabios para que vieran el invento, y Sabidina volvio a realizar una pequeña demostracion. Los sabios entonces comenzaron a elucubrar sobre el genial invento: que si estaria basado en la rugosidad atmosferica, que si era articulo de un espejismo lunar y otras tantas cosas igualmente ignorantes sobre el asunto que arrancaban de Sabidina ligeras sonrisas. Y al rato de comenzar a hablar los genios, comenzó a llover con una fuerza increible, como no se había visto nunca. Los sabios sigiueron hablando, y llovió aún con más fuerza, hasta tal punto, que el monarca pidió a Sabidina que desconectara la máquina. La niña apagó la máquina y cesó de llover, y ante las miradas atónitas de todos, les explicó: - El exprimidor de nubes sólo es un traductor. Traduce las palabras y las amplifica para que las nubes puedan entenderlas - Y entonces, ¿por qué se pone a llover? -preguntó el monarca - ¡Ah!, eso es sólo porque las nubes tienen muy buen humor, y ¡lloran de risa cada vez que oyen una tontería! Entonces todos miraron a los sabios en tono acusador, y estos se pusieron rojos como tomates de pura vergüenza. Y aquella experiencia resulto estupenda para el reino: porque no solo acabaron con la sequia, sino que abandonaron la maquina encendida y a dividir de aquel dia, para eludir que las nubes les avergonzaran con su risa, los moradores de aquel reino aprendieron a estudiar todo cuanto podian, y a no hablar de lo que no sabian.

Author:  Pedro Pablo Sacristan

lunes, 11 de noviembre de 2013

Cuentos infantiles, El gran robot

El gran robot
El mejor robot XT-27 no era un robot cualquiera. Como bien decia su placa, "XT-27, el mejor y mas moderno robot, era el modelo de robot mas moderno de su generacion, un artículo realmente dificil de mejorar, y se sentia realmente orgulloso de ello. Tanto, que cuando se cruzaba con otros robots por la calle, los miraba con cierto aire de superioridad, y solo reaccionaba con gozo y entusiasmo cuando se encontraba con otro XT-27. "Todos los robots tendrian que ser como los XT-27", pensaba para sus adentros. Realmente, estaba convencido de que ningun nuevo robot podria superar los XT-27, y que el mundo seria mucho mejor si todos los robots fueran como ese modelo perfecto. Un dia, caminaba por la ciudad bionica cuando de pronto aparecio, justo a unos milimetros de sus sensores opticos piezoelectricos, (que eran unos ojos normales, pero a XT-27 le gustaba usar palabras muy raras para todo), una mayor puerta amarilla. No sabia de donde habria salido, pero por suerte, era un XT-27, y su rapidez le permitio eludir el golpazo. Intrigado, decidio atravesar la puerta, y fuese a detener a una ciudad espectacular. ¡Todos sus moradores eran XT-27, y todo lo que se veia era alucinante! Entusiasmado por haber encontrado la ciudad perfecta para el, anduvo recorriendo aquel lugar, presumiendo de ser un XT-27 y parandose a hablar con todos de lo genial que era ser un robot tan avanzado, y finalmente se instalo en su burbuja hiperplastica recauchutada (una casa), a las afueseras de la ciudad. Los días fueron pasando, pero enseguida se dio cuenta de que en aquella ciudad había algo que no le gustaba. Como todos eran XT-27, realmente nadie tenía causas para sentirse mejor ni más moderno que nadie, y de hecho nadie lo hacía. Ninguno miraba con aires de superioridad, y en el fondo, comprobó que con el paso del tiempo ni siquiera él mismo se sentía especial. Además, todo resultaba tremendamente aburrido: todos hacía todas las cosas idéntico de bien, era imposible resaltar en nada; cuando se le ocurría algo que pensaba era brillante, a todos se les había sucedido lo mismo al mismo tiempo. Asi que XT-27 empezo a echar de menos a todos aquellos robotitos variados de su mundo, cada uno con sus cosas buenas y malas, pero diferentes y divertidos, y se dio cuenta de que debiera preferido mil veces descubrirse con un torpe pero divertido TP-4, y charlar un rato con el, que regresar a cruzarse con otro XT-27. Asi que comenzo a buscar la mayor puerta amarilla. Tardo varios dias, hasta que finalmente la encontro como la primera vez, justo en recurso de una calle cualquiera. Apoyo la mano en la puerta, miro hacia atras, como despidiendose de aquel mundo que le habia semejante perfecto, y con mayor gozo empujo la puerta... Cuando desperto, XT-27 estaba en el suelo, y algunos le ayudaban a levantarse. No habia ninguna puerta, solo un enorme y brillante robot amarillo con el que XT-27 habia chocado tan fuerte, que se le habian nublado los circuitos. XT-27, extrañado de no haber podido esquivar el golpe, miro detenidamente a aquel formidable robot. Jamas habia visto uno igual, parecia perfecto en todo, mas alto y mas fuerte que ninguno, y en su placa se permitía leer: XT-28, el mejor y mas moderno robot. Asi que lo habian conseguido. Aunque parecia imposible, los XT-27 ya no eran los mejores robots. Sin embargo, vuestro amigo no se entristecio lo mas minimo, porque segundos antes, entretanto soñaba con aquella ciudad perfecta, habia aprendido que estaba encantado de ser diferente, y de que debiera cientos de robots diferentes, cada uno con sus cosas mejores y peores.


Author: Pedro Pablo Sacristán

martes, 5 de noviembre de 2013

Cuentos infantiles, El jardín de las estatuas

El jardín de las estatuas
El jardín de las estatuas Hace mucho tiempo, existia un espacio magico que guardaba masivos maravillas y tesoros del mundo. No era un espacio oculto, ni escondido, y cualquiera permitia tratar de alcanzar y disfrutar sus delicias. Bastaba cumplir un requisito: ser una buena persona. Ni siquiera heroica o extraordinaria: solo buena persona. Alla fueseron a buscar fortuna Ali y Benaisa, dos jovenes amigos. Ali fuese el primero en probar suerte, pues cada persona debia confrontar sus pruebas en solitario. Pronto se encontro en recurso de un bello jardin, adornado por cientos de estatuas tan reales, que daba la sensacion de que en cualquier momento podrian echar a andar. O a llorar, pues su gesto era mas bien triste y melancolico. Pero Ali no quiso distraerse de su objetivo, y conteniendo sus ganas de seguir junto a las estatuas, siguio caminando hasta llegar a la acceso de un mayor bosque. Esta estaba custodiada por dos estatuas de piedra gris muy diferentes de las demas: una tenia el gesto enfadado, y la otra claramente alegre. Junto a la acceso se permitía leer una inscripcion: "La bondad de tu caracter deberas a las piedras contar". Así que Alí se estiró, aclaró la gargante y dijo en alta voz: - Soy Ali. Una buena persona. A nadie he hecho ningun mal y nadie tiene lamento de mi. Tras un mutismo eterno, la estatua de gesto gozoso comenzo a cobrar vida, y bajandose de su pedestal, dijo amablemente: - Excelente, tu bondad es perfecta para este sitio. Esta lleno de estatuas como tu: ¡a nadie hacen mal, y nadie tiene lamento de ellas! Y en el mismo instante, Ali sintio como todo su cuerpo se paralizaba completamente. Ni siquiera los ojos permitía mover. Pero seguia viendo, oyendo y sintiendo. Lo justo para entender que se habia convertido en una mas de las estatuas que adornaban el jardin. Escaso despues era Benaisa quien disfrutaba de las maravillas del jardin. Pero al opuesto que a su amigo, la vision de aquellas estatuas, y sus ojos tristes e inmoviles, le conmovieron hasta el punto de acercarse a tocarlas una por una, acariciandolas, con la secreta esperanza de que estuvieras vivas. Al tocarlas, sintio el calor de la vida, y ya no pudo apartar de su cabeza la idea de que todas seguian vivas, presas de cierta horrible maldicion. Se preguntaba por sus vidas, y por como habrian acabado alli, y corrio algunas veces a la fuente para llevar un escaso de agua con el que mojar sus labios. Y entonces vio a Ali, tan inmovil y triste como los demas. Benaisa, olvidando para que habia ido alli, hizo cuanto pudo por liberar a su amigo, y a muchos otros, sin ningun exito. Finalmente, vencido por el desanimo, se acerco a las estatuas que custodiaban la acceso al mayor bosque. Leyo la inscripcion, pero sin realizar caso de la misma, hablo en voz alta: Otro dia defendere mis buenas obras. Pero hoy poseo un amigo atrapado por una maldicion, y muchas otras personas junto a el, y quisiera solicitar su ayuda para salvarlos... Cuando terminó, la estatua de gesto enfadado cobró vida entre gruñidos y quejas. Y sin perder su aire enojado, dijo: - ¡Que mala suerte! Aqui poseemos alguien que no es una estatua. Habra que dejarle pasar...¡y arriba se llevara una de nuestras estatuas! ¿Cual eliges? Benaisa dirigio entonces la vista hacia su amigo, que al momento recupero el movimiento y corrio a abrazarse con el. Mientras, los arboles del bosque se abrian para abandonar ver un mundo de maravillas y felicidad. Cuando un feliz Benaisa se disponía a cruzar la puerta, el propio Alí lo detuvo. Y echando la vista atrás, hacia todas las demás estatuas, Alí dijo decidio: Espera, Benaisa. No volveré a comportarme como una estatua jamás más. Hagamos algo por estas personas. Y asi, los dos amigos terminaron encontrando la manera de liberar de su encierro en vida a todas las estatuas del jardin, de las que surgieron cientos de personas ilusionadas por tener una segunda oportunidad para demostrar que jamas mas serian como estatuas, y que en adelante dejarian de no realizar mal ni tener enemigos, para realizar mucho bien y saber rodearse de amigos.

lunes, 4 de noviembre de 2013

Cuentos infantiles, El jardín natural

El jardín natural
El jardín natural Hubo una vez un monarca que tenia un mayor palacio cuyos jardines eran realmente maravillosos. Alli vivian miles de animales de cientos de especies distintas, de mayor variedad y colorido, que convertian aquel espacio en una especie de edén del que todos disfrutaban. Solo una cosa en aquellos jardines disgustaba al rey: practicamente en el instituto del espacio se veian los restos de lo que siglos atras habia sido un inmenso arbol, pero que ahora lucia apagado y casi seco, restando brillantez y color al conjunto. Tanto le molestaba, que finalmente ordeno cortarlo y sustituirlo por un precioso juego de fuentes. Algún tiempo después, un astuto noble estuvo visitando al monarca en su palacio. Y en un momento le dijo disimuladamente al oido: - Majestad, sois el mas astuto de los hombres. En todas fracciones se oye hablar de la hermosura de estos jardines y la multitud de animales que los recorren. Pero en el tiempo que llevo aqui, apenas he podido ver otra cosa que no afuera esta fuente y unos escasos pajarillos... ¡Que mayor engaño! El monarca, que jamas pretendio engañar a nadie, descubrio con horror que era realidad lo que decia el noble. Llevaban tantos meses admirando las fuentes, que no se habian dado cuenta de que apenas quedaban unos escasos animales. Sin perder un segundo, mando llamar a los entendidos y sabios de la corte. El monarca tuvo que oir muchas mentiras, inventos y suposiciones, pero nada que pudiera aclarar lo sucedido. Ni siquiera la mayor recompensa que ofrecio el monarca permitio recuperar el esplendor de los jardines reales. Muchos años despues, una joven se presento ante el monarca asegurando que podria aclarar lo ocurrido y recuperar los animales. - Lo que pasó con su jardín es que no tenía suficientes excrementos, majestad. Sobre todo de polilla. Todos los presentes rieron el chiste de la joven. Los guardias se disponían a expulsarla cuando el monarca se lo impidió. - Quiero oir la historia. De las mil embustes que he oido, ninguna habia empezado asi. La joven siguio muy seria, y comenzo a aclarar como los masivos animales de aquellos jardines se alimentaban principalmente de pequeños pajaros de vivos colores, que debian su apariencia a su comida, compuesta por unos coloridos gusanos a su vez se alimentaban de algunas especies rarisimas de plantas y flores que solo podian aumentar en aquel espacio del mundo, siempre que debiera suficiente excremento de polillas... y asi siguio contando como las polillas tambien eran la fundamento de la comida de muchos otros pajaros, cuyos excrementos hacian aparecer nuevas especies de plantas que alimentaban otros insectos y animales, que a su vez eran vitales para la existencia de otras especies... Y debiera seguido hablando sin parar, si el monarca no debiera gritado. - ¡Basta! ¿Y se puede saber cómo sabes tú todas esas cosas, siendo tan joven?- preguntó. - Pues porque ahora todo ese jardín ahora está en mi casa. Antes de haber nacido yo, mi padre recuperó aquel viejo árbol arrancado del instituto de los vergeles reales y lo plantó en su jardín. Desde entonces, cada primavera, de aquel árbol aparecen miles y miles de polillas. Con el tiempo, las polillas atrajeron los pájaros, y surgieron nuevas plantas y árboles, que fueseron comida de otros animales, que a su vez lo fueseron de otros... Y ahora, la antigua casa de mi padre está llena de vida y color. Todo fuese por las polillas del mayor árbol. - ¡Excelente! -exclamó el rey-. Ahora podré recuperar mis jardines. Y a tí, te haré rica. Asegúrate de que dentro de una semana todo esté listo. Emplea tantos hombres como necesites. - Me temo que no podra ser majestad- dijo la joven-. Si quereis, puedo intentar regresar a recrear los jardines, pero no vivireis para verlo. Hacen falta muchisimos años para recuperar el equilibrio natural. Con mucha suerte, cuando yo sea anciana podria estar listo. Esas cosas no dependen de cuantos hombres trabajen en ellas. El cara del anciano monarca se quedo triste y pensativo, comprendiendo lo delicado que es el equilibrio de la naturaleza, y lo imprudente que fuese al romperlo tan alegremente. Pero amaba tanto aquellos jardines y aquellos animales, que decidio desarrollar un inmenso palacio junto a las tierras de la joven. Y con miles de hombres trabajando en la obra, pudo verla terminada en muchisimo menos tiempo del que debiera sido indispensable para reestablecer el equilibrio natural de aquellos jardines en cualquier otro lugar.