miércoles, 19 de noviembre de 2014

Cuentos infantiles, Caperucita Roja Leyendas & Mitos

Todos y todas hemos leído y escuchado cuentos tales como Caperucita Roja, Blancanieves, Cenicienta... Probablemente todos tengamos uno favorito entre todos estos cuentos que consideramos tan inocentes e inofensivos. Se nos antojan relatos con final feliz que fueron creados para entretener a los niños y en los cuales, se permitía vislumbrar cierta enseñanza velada, pero ¿y si os dijera que estos cuentos, en su inicio , no eran así de "inocentes"? Y no, ahora no hablo de ningún tipo de leyenda urbana, sino de la anécdota original de los cuentos de los hermanos Grimm y de Charles Perrault. Historias en las que podemos observar, seguramente, con horror, casos de antropofagia, asesinatos y mutilaciones... Si queréis saber más, no dejes de leer... Caperucita Roja La versión popular del cuento nos narra que un día, la abuela de Caperucita enfermó y que la madre de ésta la mandó a visitarla con una cesta provista de ciertas viandas para hacerle sentir mejor. Caperucita se interna en el bosque y se descubre con un lobo con el que empieza a conversar sobre su destino, el lobo la engaña con la excusa de una carrera para hacerla ir por el sendero más largo y llegar él antes a casa de su abuelita. Cuando Caperucita llega el lobo ya se había comido a su abuelita y estaba metido en la lecho con las ropas de la señora esperando la llegada de la niña. A continuación se da ese archiconocido diálogo en el que Caperucita se sorprende del dimensión de los ojos, las orejas y la boca de su supuesta abuela, diálogo que termina con un "para comerte mejor" y una niña con una caperuza roja dentro de la barriga de un lobo. En definalizadas versiones el cuento finaliza ahí, en otras , un leñador o cazador surge en escena, encuentra lo que el lobo ha hecho, le raja la tripa, de donde salen sanas y salvas la abuelita y su nieta. Después este leñador llena la tripa de este animal de piedras y, debido al peso el lobo acaba en el fondo de un pozo (o porque el cazador/leñador lo tira allí o porque el mismo animal cae al ir a tomar agua; depende de la versión). Debo decir que, leer este cuento cuando uno/a ya es gran le crea alguna inquietud ya que está plagado de raos y desconcertantes detalles como que una madre mande a una niña sola al bosque y como es probable que Caperucita no distinga a un lobo de su abuela. Pues bien, para empezar, en un comienzo este cuento, como muchos otros no fuese ideado para entretener a los niños, sino que pertenecía al folclore del territorio que iba desde el norte de los Alpes a la región de Loira. Este relato de costumbre oral fuese recogido por Charles Perrault en una antología de cuentos, aunque los encargados de proporcionarle a esta anécdota un final feliz fueseron los hermanos Grimm. Cualquier lector puede informar en esta obra la intención moralizante, el objetivo de educar a los niños que no deben hablar con desconocidos, pero sus enseñanzas no acaban ahí: hace ya un tiempo leí que detrás de Caperucita Roja se escondían unas fuertes connotaciones sexuales. No di crédito a tal afirmación hasta que encontré esto: Robert Darnton en su ?La mayor matanza de gatos y otros episodios de la anécdota de la cultura francesa?. Ed. Fondo de Cultura Económica, México, 1987. Recoge el cuento oral más antiguo que pudo descubrir sobre Caperucita Roja, un relato sin desperdicio... Había una vez una niñita a la que su madre le dijo que llevara pan y leche a su abuela. Durante la niña caminaba por el bosque, un lobo se le acercó y le preguntó adonde se dirigía. ? A la casa de mi abuela, le contestó. ? ¿Qué sendero vas a tomar, el sendero de las agujas o el de los alfileres? ? El sendero de las agujas. El lobo tomó el sendero de los alfileres y llegó primero a la casa. Mató a la abuela, puso su sangre en una botella y partió su carne en rebanadas sobre un platón. Después se vistió con el camisón de la abuela y esperó acostado en la cama. La niña tocó a la puerta. ? Entra, hijita. ? ¿Cómo estás, abuelita? Te traje pan y leche. ? Come tú también, hijita. Hay carne y vino en la alacena. La pequeña niña comió así lo que se le ofrecía; entretanto lo hacía, un gatito dijo: ? ¡Cochina! ¡Has comido la carne y habéis bebido la sangre de tu abuela! Después el lobo le dijo: ? Desvístete y métete en la lecho conmigo. ? ¿Dónde pongo mi delantal? ? Tíralo al fuego; jamás más lo necesitarás. Cada vez que se quitaba una prenda (el corpiño, la falda, las enaguas y las medias), la niña hacía la misma pregunta; y cada vez el lobo le contestaba: ? Tírala al fuego; jamás más la necesitarás. Cuando la niña se metió en la cama, preguntó: ? Abuela, ¿por qué estás tan peluda? ? Para calentarme mejor, hijita. ? Abuela, ¿por qué tienes esos hombros tan grandes? ? Para poder cargar mejor la leña, hijita. ? Abuela, ¿por qué tienes esas uñas tan grandes? ? Para rascarme mejor, hijita. ? Abuela, ¿por qué tienes esos dientes tan grandes? - Para comerte mejor, hijita. Y el lobo se la comió.? Me dispuse a buscar información en interpretaciones respecto a esto y me encontré con que hay quien afirma que en este cuento se representa claramente el paso de la niñez a la madurez sexual , de ahí el color rojo de la caperuza de la niña en un relato en el que el lobo simbolizaría el sexo, pero también las embustes y la crueldad; el mismo Perrault nos proporciona al final del cuento esta moraleja: Aquí vemos que la adolescencia, en especial las señoritas, bien hechas, amables y bonitas no deben a cualquiera oír con complacencia, y no resulta motivo de extrañeza ver que muchas del lobo son la presa. Y digo el lobo, pues debajo su envoltura no todos son de idéntico calaña: Los hay con no poca maña, silenciosos, sin odio ni amargura, que en secreto, pacientes, con dulzura van a la siga de las damiselas hasta las casas y en las callejuelas; más, bien conocemos que los zalameros entre todos los lobos ¡ay! son los más fieros.

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