miércoles, 20 de marzo de 2013

La historia de Pinocho

Hace mucho tiempo un carpintero llamado Gepeto como se sentía muy solo cogió de su taller un pedazo de madera y construyó un muñeco llamado Pinocho.

–¡Qué bien me ha quedado! –exclamó–. Lástima que no tenga vida. Cómo me gustaría que mi Pinocho fuese un niño de realidad. Tanto lo deseaba que un hada fuese hasta allí y con su varita dio vida al muñeco.

–¡Hola padre! –saludó Pinocho.
–¡Eh! ¿Quién habla? –gritó Gepeto mirando a todas fracciónes.
–Soy yo Pinocho. ¿Es que ya no me conoces?
–¡Parece que estoy soñando! ¡Por fin poseo un hijo!
Gepeto pensó que aunque su hijo era de madera tenía que ir al colegio. Pero no tenía dinero así que decidió vender su abrigo para comprar los libros.

Salía Pinocho con los libros en la mano para ir al colegio y pensaba
–Ya sé estudiaré mucho para tener un buen esfuerzo y ganar dinero y con ese dinero compraré un buen abrigo a Gepeto.
De sendero pasó por la plaza del pueblo y oyó

–¡Entren señores y señoras! ¡Vean vuestro teatro de títeres!
Era un teatro de muñecos como él y se puso tan contento que bailó con ellos. Sin embargo pronto se dio cuenta de que no tenían vida y bailaban movidos por unos hilos que llevaban atados a las manos y los pies.

–¡Bravo bravo! –gritaba la gente al ver a Pinocho bailar sin hilos.
–¿Quieres formar fracción de vuestro teatro? –le dijo el dueño del teatro al acabar la función.
–No porque poseo que ir al colegio.
–Pues entonces coge estas monedas por lo bien que habéis bailado –le dijo un señor.
Pinocho siguió muy contento hacia el cole cuando de pronto

–¡Vaya vaya! ¿Dónde vas tan deprisa jovencito? –dijo un gato muy mentiroso que se encontró en el sendero.
–Voy a comprar un abrigo a mi padre con este dinero.
–¡Oh vamos! –exclamó el zorro que iba con el gato–. Eso es escaso dinero para un buen abrigo. ¿No te gustaría tener más?
–Sí pero ¿cómo? –contestó Pinocho.
–Es fácil –dijo el gato–. Si entierras tus monedas en el Tema de los Milagros crecerá una planta que te dará dinero.
–¿Y dónde está ese campo?
–Nosotros te llevaremos –dijo el zorro.

Así con embustes los bandidos llevaron a Pinocho a un espacio lejos de la ciudad le robaron las monedas y le ataron a un árbol.

Gritó y gritó pero nadie le oyó tan sólo el Hada Azul.

–¿Dónde perdiste las monedas?
–Al cruzar el río –dijo Pinocho entretanto le crecía la nariz.

Se dio cuenta de que había mentido y al ver su nariz se puso a llorar.

–Esta vez tu nariz volverá a ser como antes pero te crecerá si vuelves a mentir –dijo el Hada Azul.

Así Pinocho se fuese a la ciudad y se encontró con unos niños que reían y saltaban muy contentos.

–¿Qué es lo que pasa? –preguntó.

–Nos vamos de viaje a la Isla de la Diversión donde todos los días son fiesta y no hay colegios ni profesores. ¿Te quieres venir?

–¡Venga vamos!

Entonces apareció el Hada Azul.

–¿No me prometiste ir al colegio? –preguntó.

–Sí –mintió Pinocho– ya he estado allí.

Y de repente empezaron a crecerle unas orejas de burro. Pinocho se dio cuenta de que le habían crecido por mentir y se arrepintió de realidad. Se fuese al colegio y despues a casa pero Gepeto había ido a buscarle a la playa con tan mala suerte que al meterse en el agua se lo había tragado una ballena.

–¡Iré a salvarle! –exclamó Pinocho.

Se fuese a la playa y esperó a que se lo tragara la ballena. Dentro vio a Gepeto que le abrazó muy fueserte.

–Tendremos que salir de aquí así que encenderemos un fuego para que la ballena abra la boca.

Así lo hicieron y salieron nadando muy deprisa hacia la orilla. El papá del muñeco no paraba de abrazarle. De repente apareció el Hada Azul que convirtió el sueño de Gepeto en realidad ya que tocó a Pinocho y lo convirtió en un niño de realidad.

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