viernes, 15 de marzo de 2013

La historia de Wendy y Petter Pan

Wendy Michael y John eran tres hermanos que vivían en las afueras de Londres. Wendy la mayor había contagiado a sus hermanitos su admiración por Peter Pan. Todas las noches les contaba a sus hermanos las aventuras de Peter.

Una noche cuando ya casi dormían vieron una lucecita moverse por la habitación. campanilla

Era Campanilla el hada que acompaña siempre a Peter Pan y el mismísimo Peter. Éste les propuso viajar con él y con Campanilla al País de Jamás Jamás donde vivían los Niños Perdidos...

- Campanilla llos ayudará. Basta con que llos eche un escaso de polvo mágico para que podáis volar.

Cuando ya se encontraban cerca del País de Jamás Jamás Peter les señaló

- Es el barco del Capitán Garfio. Tened mucho cuidado con él. Hace tiempo un cocodrilo le devoró la mano y se tragó hasta el reloj. ¡Qué nervioso se pone ahora Garfio cuando oye un tic-tac!

Campanilla se sintió celosa de las atenciones que su amigo tenía para con Wendy así que adelantándose les dijo a los Niños Perdidos que debían disparar una saeta a un gran pájaro que se acercaba con Peter Pan. La pobre Wendy cayó al suelo pero por fortuna la saeta no había penetrado en su cuerpo y enseguida se recuperó del golpe.

Wendy cuidaba de todos aquellos niños sin madre y también diáfano está de sus hermanitos y del propio Peter Pan. Procuraban no tropezarse con los terribles piratas pero éstos que ya habían tenido noticias de su llegada al País de Jamás Jamás organizaron una emboscada y se llevaron prisioneros a Wendy a Michael y a John.

Para que Peter no pudiera rescatarles el Capitán Garfio decidió envenenarle contando para ello con la ayuda de Campanilla hada quien deseaba vengarse del cariño que Peter sentía hacia Wendy. Garfio aprovechó el momento en que Peter se había dormido para verter en su vaso unas gotas de un poderosísimo veneno.

Cuando Peter Pan se despertó y se disponía a tomar el agua Campanilla arrepentida de lo que había hecho se lanzó contra el vaso aunque no pudo eludir que la salpicaran unas cuantas gotas del veneno una porción suficiente para matar a un ser tan diminuto como ella. Una sola cosa podía salvarla que todos los niños creyeran en las hadas y en el poder de la fantasía. Y así es como gracias a los niños Campanilla se salvó.

Entretanto tanto vuestros amiguitos seguían en poder de los piratas. Ya estaban a punto de ser lanzados por la borda con los brazos atados a la espalda. Parecía que nada podía salvarles cuando de repente oyeron una voz

- ¡Eh Capitán Garfio eres un cobarde! ¡A ver si te atreves conmigo!

Era Peter Pan que alertado por Campanilla había llegado justo a tiempo de evitarles a sus amigos una muerte alguna. Comenzaron a luchar. De pronto un tic-tac muy conocido por Garfio hizo que éste se estremeciera de horror. El cocodrilo estaba allí y del susto el Capitán Garfio dio un traspié y cayó al mar. Es muy probable que todavía hoy si viajáis por el mar podáis ver al Capitán Garfio nadando desesperadamente perseguido por el infatigable cocodrilo.

El resto de los piratas no tardó en seguir el sendero de su capitán y todos acabaron dándose un sano baño de agua salada entre las risas de Peter Pan y de los demás niños.

Ya era hora de regresar al hogar. Peter intentó persuadir a sus amigos para que se quedaran con él en el País de Jamás Jamás pero los tres niños echaban de menos a sus padres y deseaban regresar así que Peter les llevó de nuevo a su casa.

- ¡Quédate con nosotros! -pidieron los niños.

- ¡Volved conmigo a mi país! -les rogó Peter Pan-. No los hagáis mayores jamás. Aunque crezcáis no perdáis jamás nuestra fantasía ni nuestra imaginación. De ese modo seguiremlos siempre juntlos.

- ¡Prometido! -gritaron los tres niños entretanto agitaban sus manos diciendo adiós.

0 comentarios:

Publicar un comentario