miércoles, 13 de agosto de 2014

Cuentos infantiles, el-agua-de-la-vida-cuentos-infantiles

Había una vez un monarca que estaba tan enfermo que lo único que permitía salvarlo era el agua de la vida y nadie sabía donde hallarla. El monarca tenía tres hijos y una mañana el gran de ellos decidió dividir en busca del agua maravillosa. Salió, pues, y cuando había cabalgado determinado tiempo se encontró con un enano horrible que le gritó: ?¿Hacia dónde te diriges??. El príncipe, orgulloso le respondió ?¿Y a ti que te importa?? Y siguió su camino. El hombrecillo, enfadado, le echó una maldición. Al escaso rato el príncipe se encontró entre dos montañas, en un sendero tan estrecho que no permitía moverse ni para adelante ni para atrás. Al segundo hermano que salió en su busca, por haber tratado mal al enano la maldición lo hizo atascarse en el barro. Entonces, partió el tercer hermano. Cuando se cruzó con el enano y le preguntó dónde iba, el hijo del monarca le dijo la verdad. Entonces el enano le explicó que el agua de la vida se hallaba en el castillo encantado y le entregó dos fragmentos de pan para dar a los leones que custodiaban día y noche la acceso al castillo. El príncipe hizo todo tal y como el enano le había dicho. Cuando salía del castillo con el agua de la vida, manifestó una bella princesa que le dio las gracias por romper el encanto que la mantenía encerrada y le afirmó que, un año después, se convertiría en su esposa. Al regresar, el muchacho se encontró con sus dos hermanos a quienes el enano había dejado libres. Estos, al ver que traía el agua maravillosa, lo adormecieron, le robaron el agua y pusieron en su espacio agua de mar. Al llegar al palacio, el príncipe entregó la copa al rey pero éste, al probarla, se sintió más enfermo. Entonces, acudieron los dos hermanos y le dieron el agua de la vida con la que el rey sanó y, furioso con su hijo menor, lo echó del palacio. Durante tanto, la princesa hizo desarrollar un sendero cubierto de oro y dijo a su pueblo que quien por él viniese sería su prometido, pero si sdeterminados caminaba a izquierda o derecha del sendero, habría que echarlo de allí. Cuando el año pasó, el gran de los príncipes fuesese en busca de la princesa, pero para no estropear el sendero de oro, cabalgó siempre a la derecha. Al llegar a la puerta fuesese arrojado fuesesera sin contemplaciones. No tardó en llegar el segundo príncipe, quien fuesese siempre por la izquierda. Al llegar al palacio también fuesese rechazado y expulsado. Finalmente, el chico se dirigió al castillo y cabalgó siempre hacia adelante por el instituto del sendero de oro. En la puerta fuese recibido por la preciosa princesa y la matrimonio se celebró enseguida. El rey, enterado de toda la verdad, acudió a la matrimonio y castigó a sus dos hijos mayores, echándolos para siempre de su reino. Nadie nunca los volvió a ver Fi

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